Ser princesa es todo un cuento

Quién de ustedes ha escuchado sobre la princesa Mérida”? Mérida es una de las princesas de Disney que no está encasillada en las princesas que conocemos generalmente y por eso se le reconoce más como valiente. Y es que se ha de ser valiente para romper los estereotipos en los que somos encasilladas las mujeres. Aunque su personalidad, comportamiento y gustos no eran los que esperaban todos, ella nunca dejó de ser una princesa.

Tanto en Disney como en la vida real, valiente no es la única que ha seguido su corazón y se ha salido de los paradigmas. En tacones o en tenis, en falda o en jeans, con o sin maquillaje, delgadas o gorditas, altas o bajitas, con o sin hijos, profesionales o no, con cabello largo o corto, todas somos princesas, las protagonistas de nuestros propios cuentos de hadas, siempre seguras de nosotras mismas, ambiciosas, inteligentes, caritativas, carismáticas, positivas, responsables.

Todas tenemos algo de una u otra princesa por las características y cualidades que representan. Así como yo me identifico con valiente por ser descomplicada y luchadora de sus ideales, sé que todas ustedes, se identifican más con alguna princesa. Está Blanca Nieves como ejemplo de bondad y confiabilidad. Cenicienta nos enseña la responsabilidad y que la inteligencia de nosotras es superior a cualquier eventualidad. La bella durmiente es símbolo de delicadeza y romanticismo. La soñadora de Ariel, la sirenita, siempre segura de sí misma. Bella, en la bella y la bestia nos demuestra que la fuerza interior nos hace llegar lejos. Pocahontas es una aventurera con mucha fuerza y de Mulán se rescata su audacia.

Siempre princesas, constructoras y protagonistas de nuestros cuentos.

¿Y tú, que princesa eres?